Ya habréis oído que en Madrid
están hartos. Hartos de que el centro de la capital sea el meollo de toda
manifestación. Que el gobierno quiere privatizar la sanidad, se manifiesta la
marea blanca; que Wert quiere cargarse la educación pública, allá va la marea
verde; la marea violeta no para de salir a las calles de Madrid contra la ley
que restringe el derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo; los jueces y
fiscales que se manifiestan contra las tasas judiciales; los afectados por las
preferentes que corren detrás del coche de Blesa y toman las oficinas Bankia; los
indignados, que quieren protestar rodeando el congreso; hasta la delegación del gobierno que se
anticipa a los indignados y la arma cercándolo con miles de antidisturbios y
barricadas para que nadie se acerque a quejarse a tan digna institución (y así va
la escalada de violencia, de la porra y la pelota de goma, al adoquín). Y todo
eso sin contar las misas multitudinarias de Colón que cortan las Castellana y Recoletos,
el día del orgullo gay, el día de la juventud católica, las copas del Real Madrid,
del Atleti o de la selección española, el día de las fuerzas armadas, los
viernes del Jesús de Medinaceli, las compras masivas de navidad o el homenaje a
Suarez, que no digo que no sea merecido, pero que también interrumpe la vida de
la capital. El caso es que siempre hay algún motivo para cortar la circulación,
y no por la contaminación del aire, como ocurrió estos días en París; que en
Madrid, cuando los niveles de monóxido de carbono, de dióxido de azufre u otros
contaminantes fueron altos, las estaciones de medición se colocaron en los parques,
donde el aire es más limpio y se respira mejor.
Esa misma idea medioambiental con la que Gallardón –en sus
tiempos de edil– afirmaba que el hongo de Madrid no era tan nocivo, sirve de
inspiración hoy para aliviar a España de sus problemas y a su capital de tanta excitación
popular. La alcaldesa de Madrid, el presidente de esa Comunidad y el ministro
del interior están pensando en hacer un manifestódromo que no paralice la
normalidad de humos y sonidos de claxon del centro de la ciudad. Más ahora que
los turistas llegan masivamente en busca de una terraza y una "relaxing cup
of cafe con leche". Sin embargo, la medida no parece muy legal. No solo para la
abogacía del estado que considera inviable esa propuesta, también incluso para la Cristina
Cifuentes ¡Ya ves, sí que tiene que ser ilegal la propuesta! Obviamente, cada
uno puede solicitar manifestarse donde quiera y los que quieren quejarse de
algo prefieren hacerlo delante de quienes esperan que los escuchen. Por eso, si
el gobierno y las instituciones del estado están en la capital, las
manifestaciones de protesta serán en la capital.
Viendo toda esta problemática y sabiendo por la que están
pasando los pueblos, se me ocurre una
solución mucho más elegante y simple que puede acabar con los problemas de la ciudad y
promover el desarrollo de pueblos como el nuestro, que ve cada día disminuir su
población estable. Yo propongo construir, en Garcinarro, el Congreso de los
Diputados y de esa manera atraer también a todos los que quieran venir a
protestar contra la política del gobierno.
Nuestro pueblo reúne las condiciones para acoger de manera
permanente este parlamento, cuyo edificio se podría construir en alguna de las
eras de alrededor, proporcionando al pueblo población y trabajo gracias a todos
los servicios que ello con lleva. Su traslado de Madrid a Garcinarro no sería
muy costoso para el erario público. Dado que la mayoría de los diputados residen
fuera de la capital, las dietas serán las mismas en nuestro pueblo que en
Madrid; o quizás menos porque en lugar de tener que pagar billetes de Ave o
avión se pagarían billetes de tren regional que es mucho más barato. Además,
los diputados y las diputadas estarían más cerca de la gente de a pie en un
regional que viajando en primera o business.
A sus señorías las podemos alojar en las casas rurales de la zona o incluso
construir algún hotel rural si fuera necesario. Pueden ir a tomar café al bar
de Canario, si bien él tendrá que bajar el precio del café a 80 céntimos para
que los señores diputados y las señoras diputadas no vean afectada su economía
familiar. Si es necesario un servicio de restauración, quién mejor que Tomás
Bállega experto en comidas de grupo de las que ya hemos podido disfrutar todos
los garcinarreros.
Las manifestaciones pueden ir desde el apeadero de Vellisca,
la estación de Huete o la parada del autobús de Carrascosa hasta la puerta del
Parlamento. No hace falta traer policías, los manifestantes no tienen mucho que
romper y por mucho chorizo que haya entre los diputados/as, como mucho se van a
llevar algún cordero, algún saco de cebada o alguna gallina, que para el precio
que tienen, tampoco nos importa mucho.
En definitiva, trasladar instituciones como el congreso a un
pueblo como Garcinarro, con todo lo que ello conlleva, sería una solución global
tanto para los problemas urbanos como para los rurales.
Buenas tardes, en primer lugar decirte que he descubierto el blog por casualidad, y la verdad que me he leído todos los artículos que has escrito en una tarde; increíble a cual más interesante y sobre todo sorprendente, un blog sobre Garcinarro y pueblos limítrofes; historia, costumbres.... enhorabuena me has hecho recordar muchas cosas, y aunque no voy todo lo que debería ir a Garcinarro leer estas cosas te hace estar orgulloso, en este caso del pueblo de mi madre y de los buenos momentos vividos allí.
ResponderEliminarPermiteme que sea algo irónico; yo no votaría a favor del traslado de la capitalidad a Garcinarro no porque no lo merezca, todo lo contrario, pero no quiero yo imaginarme que corten Barrionuevo, porque el embajador de Pernanbuco tenga que presentar las credenciales al Rey y tiene que pasar por allí en la carroza con la escolta; o que se celebre alguna cumbre y que la plaza quede acordonada por motivos de seguridad.... por ejemplo; no quiero tampoco que Garcinarro se quede así, quiero que evolucione por supuesto y que haya inversiones, pero siempre sin perder esa esencia de pueblo que muchos reniegan de ella, pero es un valor en alza.
Otra vez mi mas sincera enhorabuena por el blog.
Francisco Guerrero Martínez