En Garcinarro y Mazarulleque, no
tuvimos agua corriente en nuestras casas hasta 1982;[1]
así que fuimos de los últimos pueblos de España en disfrutar de ese servicio. Desde
entonces hasta hoy, el agua que llega a nuestros grifos procede de un acuífero
subterráneo conocido como acuífero 19, que se sitúa bajo la unidad caliza de
Altomira y se extiende de Norte a Sur, desde Entrepeñas hasta Las Pedroñeras,
Mota del Cuervo, etc.
La recarga de este acuífero se
produce principalmente por infiltración del agua de lluvia (unos 135 Hm3
anuales), gracias a la alta permeabilidad de los materiales bajo los que se
encuentra el acuífero y a la delgada capa de suelo que lo cubre. Sin embargo,
esas características del suelo (delgadez y alta permeabilidad) hacen también al
acuífero "muy vulnerable" a la contaminación según el Instituto
Geológico y Minero de España (IGME).[2]
El 30 de diciembre de 2011, el
consejo de ministros presidido por Mariano Rajoy (que había tomado posesión
como Presidente del Gobierno nueve días antes), decidió autorizar la
instalación de un almacén de residuos nucleares de alta actividad en el término
municipal de Villar de Cañas (Cuenca), descartando otras tres opciones (Ascó en
Tarragona, Zarra en Valencia y Yebra en Guadalajara) que eran más apropiadas
según el comité de expertos que asesoró al Gobierno.[3]
Ahora, la Empresa Nacional de Residuos
Radiactivos, S.A. (ENRESA) es la encargada de promover la construcción de lo
que llaman Almacén Temporal Centralizado (ATC) de Villar de Cañas, o lo que
popularmente se conoce como "basurero nuclear". De construirse, éste estará
justo sobre el acuífero 19, el mismo que abastece de agua nuestras casas. Así
que es razonable que nos preguntemos si este almacén será seguro y por qué se
decidió ubicarlo aquí y no en otro lugar.
Los
informes técnicos hablan de riesgos geológicos que ENRESA no tiene en cuenta
Para decidir la ubicación del
basurero nuclear, el ministerio de industria contó con un comité asesor de
expertos que hicieron una primera evaluación de las cuatro localidades candidatas. Estos
expertos basaron sus recomendaciones en la información geotécnica de tipo
general obtenida de la bibliografía existente hasta entonces; sin hacer catas
del suelo ni cualquier otro estudio sobre el terreno. A pesar de la escasa
información, dicho comité ya señaló, con respecto a Villar de Cañas que: "los riesgos geomorfológicos
potenciales en el entorno del emplazamiento se reducen a los relacionados con
las formas kársticas (pequeñas dolinas) desarrolladas en yesos" [...] “Si, en base a investigaciones futuras del
propio emplazamiento, se confirmara que en cualquiera de las zonas propuestas
el riesgo a medio plazo de potenciales disoluciones en el subsuelo no es
despreciable, sería mejor centrarse en los emplazamientos presentados carentes
de este tipo de procesos”. Para el comité técnico de expertos, Villar de
Cañas era el cuarto candidato en puntuación, por detrás de Zarra, Ascó y Yebra;
sin embargo ellos no participaron en la puntuación final; así que la decisión
sobre la ubicación fue más política que técnica.[3]
En febrero de 2013, ENRESA ya
disponía de los primeros informes geotécnicos de Villar de Cañas realizados in situ, que habían sido encargados a
dos empresas privadas (Golder Associates y ATSG) por 144.500 euros. En informe señalaba
la "existencia de dolinas [...], generadas por la disolución local de
algunos estratos yesíferos. [...] "las
dolinas han sido activas recientemente; e incluso es posible que algunas sean
actualmente funcionales. [...] En el
emplazamiento concurren todos los requisitos necesarios para la existencia de
un karst en yesos activo".
Además, "en una parte bastante
grande del emplazamiento hay niveles de agua someros, en general a menos de
tres metros". Por todo ello lo califica como "una condición geotécnica desfavorable".[4]
[5]
Dos meses más tarde, Jordi Jane
(diputado de CiU) solicitó al ministerio de industria el informe geotécnico de
Villar de Cañas; sin embargo el Gobierno se negó a entregárselo, alegando que
no disponía de informes definitivos. [4]
A pesar de la opacidad de
información por parte del Gobierno, los informes técnicos fueron filtrados a la
prensa a lo largo de 2013. En febrero de 2014, el entonces presidente de ENRESA,
Francisco Gil Ortega (anteriormente alcalde de Ciudad Real) desmintió la información aparecida, declarando que "no hay problema con el terreno";
que los plazos de construcción del almacén nuclear se están cumpliendo y no
habrá sobrecostes. Además, dice que ENRESA ha presentado las solicitudes de
autorización previa y de construcción del almacén nuclear al Consejo de
Seguridad Nuclear (CSN)[6],
puesto que necesita su visto bueno para iniciar las obras.
A mediados de septiembre de 2014, un
informe del CSN cuestionaba los estudios técnicos aportados por ENRESA para solicitar la
construcción del almacén de residuos nucleares de alta actividad. El informe
del CSN detallaba una larga lista de carencias y deficiencias. Por ejemplo,
respecto a la sismología, criticaba que los estudios previos de ENRESA son
incompletos. "Restringir el análisis
a un área tan pequeña como 8 kilómetros alrededor del emplazamiento no parece
suficiente". Critica que ENRESA afirme que "no existen estructuras potencialmente inestables por respuesta sísmica
en el entorno del emplazamiento" cuando "solo se han tenido en cuenta las observaciones superficiales y de la
geofísica, de escasa penetración desde un punto de vista de la sismicidad".
Añadía que los terremotos en el centro de la Península tienen focos con
profundidades mayores de los dos o tres kilómetros, y el estudio de ENRESA solo
llegaba hasta los 500 metros. También el informe del CSN advertía de otras
deficiencias de los estudios técnicos en materia de hidrogeología,
hidroquímica, riesgos geológicos etc. (Para más detalles ver [7]).
También, un informe fechado el 24 de
octubre de 2014 de la empresa de ingeniería URS, subcontratada por el CSN para
supervisar el proyecto, alerta de que sobre la base de la información
suministrada por la propia ENRESA, el emplazamiento previsto para el almacén de
residuos nucleares de alta actividad es inadecuado. Asegura, además, que la
"excepcionalidad de las condiciones de expansividad potencial que presenta
el terreno de cimentación" haría imposible asegurar la estabilidad de las
edificaciones previstas.[8]
A pesar de todos esos informes y de
no contar aún con los permisos del Consejo de Seguridad Nuclear para la
ejecución de las obras, El presidente de ENRESA, Francisco Gil Ortega, aprobó
sacar a concurso público la obra principal del ATC Villar de Cañas, a riesgo de
tener que indemnizar a las empresas contratistas si el CSN finalmente no diera
su autorización a la construcción del basurero nuclear o se modificaran las
condiciones de la obra. Sin embargo, el Ministerio de Industria consideró que
era “de sentido común” esperar a los permisos del CSN, paralizó el proceso de
adjudicación de la obra principal del almacén temporal de residuos nucleares, y relevó de su cargo Gil Ortega en febrero de
2015.[9]
Un mes más tarde, ENRESA encarga nuevos estudios técnicos para intentar paliar
las deficiencias que el CSN detectó en los estudios anteriores.[10]
A fecha de hoy La falta de idoneidad
de los terrenos de Villar de cañas para emplazar el basurero nuclear se hace
cada día más patente. ENRESA no cuenta aún con el permiso requerido del CSN y
éste organismo sigue encontrando deficiencias en los estudios previos llevados
a cabo por ENRESA.[11],
[12]
A esto se une también un comunicado del Ilustre Colegio Oficial de Geólogos advirtiendo
de lo inadecuados que son los suelos yesíferos y lutíticos de Villar de Cañas
para la correcta cimentación, y solicita que se realicen más estudios
geológicos de máxima fiabilidad antes de decidir la construcción del almacén de
residuos radioactivos.[13]
Una decisión basada en intereses políticos
A
finales de 2011, cuando el consejo de ministros elegía la ubicación del ATC,
eran cuatro los pueblos candidatos que se barajaban: Ascó (Tarragona), Zarra
(Valencia), Yebra (Guadalajara) y Villar de Cañas (Cuenca). Desde un punto de
vista técnico, Villar de Cañas no era el candidato favorito, pero contaba con
la única ventaja que al final ha valido: la política.
La
oposición pública de José Montilla primero y de Artur Mas después (Presidentes
de la Generalitat de Cataluña) acabó por descartar el favorito de las
quinielas: Ascó. El siguiente de la lista para los técnicos del ministerio de industria
era Zarra (Valencia) y estuvo hasta el último minuto a punto de ser elegido, a
pesar del largo historial de escándalos urbanísticos y procesos judiciales de
su alcalde. Sin embargo, la movilización social y el temor de Alberto Fabra a
las protestas, hizo que el Gobierno mirara las otras dos opciones: Yebra y Villar de
Cañas, ambas en Castilla La Mancha.[3]
La
puntuación que habían dado los asesores expertos del Ministerio de Industria a
Yebra (que está cerca de la central nuclear de Zorita) era superior a la dada a
Villar de Cañas. Entonces, ¿por qué se eligió a Villar de Cañas y no a Yebra?
Cuando
el alcalde de Yebra propuso la candidatura de su pueblo para almacenar los
residuos nucleares, faltaban pocos meses para las elecciones regionales de 2011
en las que María Dolores de Cospedal se jugaba ser Presidenta de Castilla La
Mancha. Guadalajara —más que Cuenca— era realmente donde se decidía el partido
que llegaría a gobernar la región (como más tarde se demostró); pues allí la intención de voto estaba menos decidida que en otras provincias de la región. En Cuenca, sin embargo, todas
las elecciones generales, desde 1986, habían acabado con los mismos resultados:
dos escaños para el PP y uno para PSOE.
El
hecho de que la candidatura al ATC de un pueblo de Guadalajara —gobernado por un
alcalde del PP— pudiera afectar a las aspiraciones Cospedal para gobernar la
región, molestó tanto a la secretaria general del PP que expedientó al alcalde
de Yebra, Pedro Sánchez, por proponer su pueblo como almacén nuclear. Cospedal
recibió críticas y desautorizaciones incluso de su partido, oficialmente
pronuclear, y el expediente quedó en nada; pero la candidatura de Yebra ya
estaba políticamente quemada. Así solo quedaba Villar de Cañas.[3]
Referencias
[4]
Méndez, R. 2013. Industria oculta
problemas en el terreno donde irá el almacén nuclear. ElPaís 19/10/2013.
[5]
Viúdez, J. 2013. Un informe advierte
de posibles hundimientos en el terreno del silo nuclear. ElPaís 4/4/2013.
[6] Sevillano,
E.G. 2014. Enresa niega sobrecostes y problemas geológicos en terreno del almacén nuclear. El País 20/02/2014.
[7] Sevillano, E.G.
2014. El CSN cuestiona los estudios sobre el almacén nuclear de Villar de Cañas.
El País 6/11/2014.
[8] Planelles,
M. y Sevillano E.G. 2014. Un nuevo informe cuestiona la idoneidad del almacén
nuclear. ElPaís 3/12/2014.
[9] Planelles,
M. 2015. El Gobierno frena el almacén nuclear tras cambiar al presidente de
Enresa. ElPaís 12/2/2015.
[10] Planelles, M. 2015.
Enresa encarga más estudios sobre los suelos del almacén nuclear. El País 12/3/2015.
[11] Planelles, M. 2015.
El Consejo de Seguridad detecta más carencias en el almacén nuclear. El País 22/05/2015.
La vulnerabilidad del acuífero ante la fuga de radionucleidos, ya fue puesta de manifiesto por el estudio geológico de la empresa INGEMA encargado por Ecologistas en Acción: http://www.ecologistasenaccion.org/article26652.html http://cuencadicenoalcementerionuclear.blogspot.com.es/2013/04/aunque-los-terrenos-del-atc-no-se-han.html
ResponderEliminarMuchas gracias por la información. El estudio de INGEMA es muy interesante y la labor de Ecologistas en Acción está siendo fundamental para parar este basurero.
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